Proceso de adaptación de la persona menor de edad adoptada

La adopción requiere un compromiso profundo y es una experiencia que moldea las vidas tanto de los padres adoptivos como de los niños adoptados. Uno de los aspectos más significativos de este viaje es el proceso de adaptación de la persona menor de edad al nuevo entorno familiar. Este proceso es único para cada menor, influenciado por su historia, edad, contexto cultural y muchas otras variables. Comprender este proceso es crucial para los padres adoptivos, ya que les permite brindar el apoyo y la estructura necesarios para que el niño se adapte y florezca en su nuevo hogar (Berastegui, 2007).

Factores que Intervienen en el proceso de adaptación

Acumulación de demandas:

Las familias enfrentan una combinación de tensiones previas y nuevas, como cambios en la dinámica familiar, responsabilidades domésticas incrementadas, y necesidades especiales del menor. La adopción añade demandas específicas, como la integración cultural, la relación con la familia biológica y el manejo de la infertilidad en algunos casos.

Percepción y expectativas de los padres:

La forma en que los padres perciben la situación y sus expectativas de adaptación son cruciales. Evaluar la gravedad de las demandas, la previsibilidad de la situación y la capacidad para enfrentarlas influirá en la adaptación del menor.

Expectativas de control: los padres deben sentirse capaces de cumplir con sus responsabilidades parentales, equilibrando control y afecto.

Confirmación de expectativas: evaluar si las características del menor y las dificultades de adaptación coinciden con lo esperado.

Recursos familiares:

Los recursos desarrollados y utilizados por la familia en respuesta a las demandas son fundamentales para la adaptación. Estos incluyen:

Recursos de afrontamiento familiar: estrategias para resolver problemas o evitar conflictos. Las estrategias orientadas a la resolución de problemas suelen ser más efectivas.

Ejemplo: implementar rutinas diarias para el menor.

Ejemplo: buscar apoyo en grupos de padres adoptivos.

Estilos educativos: las conductas parentales en respuesta al menor influirán en su adaptación psicosocial. Los estilos educativos adecuados promueven la adaptación y el bienestar del menor.

Ejemplo: fomentar la comunicación abierta y honesta con el menor.

Ejemplo: establecer límites claros y consistentes.

Modelo de adaptación familiar

El modelo de Barastegui (2007) propone que las familias no se ven afectadas solo por un evento crítico como la adopción, sino por una combinación de factores estresantes. Esta acumulación de demandas incluye:

Tensiones previas: responsabilidades domésticas y cambios en la dinámica familiar.

Demandas específicas de la adopción: integración cultural, relación con la familia biológica y otros factores únicos de la adopción.

Formación de vínculos: dificultades en la expresión de emociones y reconocimiento de roles.

Modelo familiar: malestar en la pareja, ser padre o madre soltero/a, problemas entre hermanos.

Factores externos: adaptación escolar y características específicas del menor.

La adaptación es el resultado del proceso familiar en respuesta a la acumulación de demandas. No implica que la crisis no haya ocurrido, sino que la familia ha alcanzado un nivel satisfactorio y positivo de funcionamiento diario. Además de la percepción familiar de adaptación, también se evalúa el impacto en la adaptación psicosocial del menor. Este proceso puede durar al menos un año.

Conclusión

El proceso de adaptación de una persona menor de edad adoptada es complejo y multifacético, influenciado por una variedad de factores tanto internos como externos. Comprender y abordar estos factores es esencial para que los padres adoptivos proporcionen el apoyo necesario y creen un entorno seguro y acogedor. Desde la acumulación de demandas y las expectativas de adaptación hasta los recursos familiares y educativos, cada componente juega un papel crucial en el bienestar del menor. La clave está en reconocer que la adaptación es un proceso continuo que requiere tiempo, paciencia y comprensión. Con el enfoque adecuado y el apoyo adecuado, las familias adoptivas pueden navegar por este proceso de manera efectiva, asegurando que el menor no solo se adapte sino que también florezca en su nuevo hogar. 

Bibliografía

Berastegui, A. (2007). La adopción familiar en adopción internacional: un proceso de estrés y afrontamiento. Anuario de Psicología, 38, 209-224.